A María la despertó su propio grito. Había soñado con vampiros. Se incorporó de un salto. Las sábanas estaban manchadas con sangre, y María también. Salió de la cama y se quedó acurrucada en un rincón. No podía dejar de temblar y de preguntarse qué había sucedido. Nevaba, y la ventana estaba abierta. Oyó un aleteo. Miró a su alrededor. De entre las sábanas asomaba un murciélago moribundo. Tenía el cuello desgarrado. María sintió la boca pegajosa. Reconoció el sabor de la muerte. No pudo soportar el horror. Se asomó a la ventana, y salió volando.
Dedicado a Martín Orellano
4 comentarios:
Recién hoy, por vez primera, te conozco, te leo.
¡Qué impresión siempre los vampiros!
Hoy me enternecieron.
Sonia
Este me gusta porque tiene esa cosa tipica de los vampiros de pensar que en el fondo son buenos...
Grande este micro, Emilse. Sigo dando una vuelta por aquí.
Un saludo.
Victor, qué agradable sorpresa tu visita. ¿Cómo llegaste?
Me cuesta mucho escribir micros, pero este es uno de mis textos preferidos. Surgió a través de un mensaje de texto que me envió un amigo donde me contaba una pesadilla.
Me alegra que te haya gustado : )
Voy a visitar tu blog
¡Saludos!
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