martes, 20 de marzo de 2012

Los de rulos tienen más onda que un minimarcador



Él quiso hacerme creer que los de rulos tenían mas onda, pero yo sabía que no. Si uno le hace caso a esas cosas superficiales, qué pasa si un buen día el pibe se queda pelado. Además, eso de tener rulos y onda es redudante, y a mí no me gustan los hombres que redundan. Por eso me compré un marcador, de esos chiquititos como mi agenda, y taché su numero de teléfono.
Porque pasa lo siguiente: las mujeres somos medio pelotudas, y aunque decimos que no, por ahí después nos arrepentimos y nos dan ganas de llamarlos. Entonces mejor estar preparada. Pero ese minimarcador del orto, en vez de tachar el teléfono, lo resaltó
Y así un día terminé, aburrida, sin tener con quién salir, y adivinen qué hice. Sí, salimos a tomar algo. La verdad es que el pibe merecía una oportunidad. Tenía onda, a pesar o a causa de sus rulos. La cosa es que terminamos enredados. Bueno no.
La cosa es que el pibe tenía onda, pero por alguna razón, no volvió a llamarme. Bah, volver a llamarme no, porque en realidad él nunca me había llamado. Ni siquiera me había pedido el teléfono. Tal vez por eso yo nunca borré el suyo. Porque sabía que tarde o temprano, tendríamos que vernos, para comprobar que hasta el hombre con más onda es un pelotudo.