lunes, 22 de noviembre de 2010

Manolo y su quitalina



No fue amor a primera vista, pero bastó con ver a Manolo impresonar su quitalina, para que Lupe no pudiera separarse de él. Ella nunca había tenido un quitalina tan chipirrina entre sus manos. En realidad, nunca había impresonado una quitalina. Recordó su infancia, el día que entró a la habitación de Carlitos y lo encontró impresonando su quitalina. Todo era borroso. No pudo determinar si era tan chipirrina como la de Manolo.
A Manolo no le importó que Lupe fuera inexperta, y con paciencia y dedicación le enseñó a impresonar la quitalina. Le indicaba por dónde era conveniente sujetarla, qué presión aplicar, y cómo poner la boca. Un día se dieron cuenta de que quitalina va, quitalina viene, se habían enamorado. Lupe habló con sus padres y organizaron un asado para que todos se conocieran.
Manolo llegó con la quitalina en la mano. La madre de Lupe sabía de quitalinas, pero la de Manolo la sorprendió. Hacía tiempo que no veía una quitalina tan chipirrina. Era ideal para iniciar a las chicas en la quitalinez. Las hermanas, incentivadas por su madre, enseguida quisieron impresonarla.
Manolo se sentó en el sofá, y las mujeres alrededor de él. Todas parecían encantadas por la quitalina. Se turnaban para impresonarla y se la arrancaban de la boca unas a otras. Manolo reía y transpiraba por tanta agitación. Cuando el padre entró a la sala, Manolo tenía la quitalina apretada entre las piernas y la protegía con ambas manos, mientras las mujeres peleaban por arrancársela.
El padre de Lupe se puso furioso. Desde que Carlitos se había enamorado de una esquimal y se había ido a vivir a Islandia, no se permitía impresonar en la casa, ni con quitalinas, ni con nada. Lupe le dijo que no podían seguir viviendo de recuerdos, que debía olvidar lo de Carlitos, y que les diera una oportunidad a Manolo y a su quitalina.
El padre se acercó a Manolo. Pasó un dedo por la quitalina y comprobó que era suave, de una chipirrinez inusual, y sin embargo se la podía impresonar con facilidad. Quedó tan contento con la nueva quitalina, que inmediatamente aceptó a Manolo como yerno. Con gran entusiasmo propuso que para animar la fiesta de casamiento organizarían una impresonada de quitalina para todos los invitados.


3 comentarios:

Nelais dijo...

Mi asociación libre está limitada! ja

Muy divertido Emi,

Beso

**VaNe** dijo...

juá! imposible no recordar al famoso Manolo y su flauta de un agujero...

Szarlotka dijo...

Gracias chicas

Un texto bastante vulgar, pero viene bien para cortar un poco con tanta oscuridad

Besos