domingo, 21 de marzo de 2010

Desesperación


Adrián aprovechó que esa noche los chicos habían ido a un cumpleaños y se sentó frente a la computadora. Diana no se levantaba de la cama desde que le habían indicado reposo. Desde un principio Adrián le había dicho que abortara, pero para ella la llegada de un niño era una bendición. Adrián pensaba en el riesgo de un embarazo después de los cuarenta. Le parecía inoportuno empezar de nuevo, ahora que los chicos que ya estaban criados, y cuando se enteró de que esperaban mellizos, tuvo ganas de hacer la valija e irse. Pero no era esa clase de hombre. Era un padre responsable, y aunque el amor se había terminado, no abandonaría a Diana. Con los bebés a punto de nacer, no era momento de separase. Claro que tampoco era momento de perder el trabajo. Sin embargo, esa misma tarde le habían dicho que quedaba desvinculado de la empresa. El sueldo era bajo y llegaban a fin de mes con lo justo. Para peor, tenía poca antigüedad, y con la indemnización no les iba a alcanzar para más de seis meses. Cómo iba a decírselo a Diana. Había que ver si ella podía volver al negocio, pero con los mellizos la cosa se complicaba. Y si volvía, con el sueldo miserable que le pagaban no iba a alcanzar para todos. No necesitaba una computadora para hacer cuentas. Se cercioró de que Diana estuviera dormida. Cerró las ventanas, apagó las luces, y fue a la cocina. Abrió las llaves del gas y se acostó. Si un vecino alarmado por el olor no hubiera golpeado a la puerta incansablemente hasta despertar a Diana, quién sabe qué habría pasado.



3 comentarios:

Flor de Ceibo dijo...

Adrián "tuvo ganas de hacer la valija e irse": al final tomó esa decisión,pero llevándosé a todos con él.En general, las mujeres tenemos más "pelotas".
Besos.

Unknown dijo...

Muy bueno, Emilce. Ya estaba cortando clavos antes del final. A mí también me salvó el vecino, ja ja.
Besos!

Szarlotka dijo...

Irene, te salió la feminista : )
Beso


Máximo, dejá de cortar clavos. Hace un tiempo decidí no seguir matando a mis personajes. Veremos cuanto me dura...
Beso