miércoles, 13 de enero de 2010

Turbulencia de personajes


Antonio fue a la fiambrería y compró 100 gramos de mortadela y 100 de queso. En la mochila llevaba una flautita. Iba a hacerse un sandwich pero no quiso arruinar la flautita y decidió tocarla como le enseñó Bartolo. Bartolo era un hombre bueno pero muy vicioso. En el barrio lo conocían porque siempre iba a la agencia de quiniela de Don José. Don José, además de la agencia tenía un lavadero de perros. Los perros ladraban y a veces mordían a Carlitos, el bañador. Estaba de novio con Silvina, que con sólo diecisiete años estaba bastante baqueteada. Cuando los pibes la trataban de putona la única que la defendía era su amiga Marcela, que también era muy puta. Marcela estaba casada con Don Atilio, un matarife viejo y gordo que se había llenado de plata vendiendo carne Kosher. Kosher era el gato de Doña Clotilde, una vieja decrépita que se inmiscuía en la vida de todos, especialmente en la de Anita, maestra jardinera y la preferida de Susana, la directora. Susana tenía dos hijos y estaba casada con el rector del Pellegrini. Pellegrini era la estación de subte donde se bajaba Alberto todos los días para ir a la oficina. Era empleado en una compañía aérea que sólo volaba a Mar Chiquita. Chiquita era la mucama de la familia Pérez. Pérez era un contrabandista de arte que trabajaba en combinación con López. López era un vino, y Adelqui se lo tomó. Adelqui era un borracho que vivía debajo del puente Alsina. Alsina era un ingeniero civil que trabajaba para la Corona Británica. La corona Británica era como la corona de Cristo, pero británica. Cristo murió en la cruz. Cruz-a-gramas.


2 comentarios:

jorge castagna dijo...

muy divertido e ingenioso. Una alegrìa leerlo.

Szarlotka dijo...

Gracias Jorgito

Siempre tan generoso con tus comentarios =)