lunes, 31 de marzo de 2008

Mind the Gap


"Mind the gap. Mind the gap. Mind the gap."
Decía en el andén, del otro lado de la línea amarilla. Las letras eran grandes, pero no las ví. Tampoco interpreté la señal sonora y seguí como si nada. No advertí la brecha que separaba al vagón de la plataforma, y cuando intenté subir, mi pie cayó en el hueco y quedé atorada. Sentí que mi pierna se estiraba, y adelgazaba a medida que el tren me arrastraba por las vías. Mi cuerpo comenzó a levantar temperatura por la fricción, hasta que las extremidades se derritieron y como mercurio se derramaron sobre los durmientes. No sentí dolor. No tuve miedo. Sólo pude ver las chispas de las ruedas que cortajeaban mis despojos.

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